Transgredir.

La gente del Poder y la que lo quiere rechaza la libertad en el pensamiento y el pensamiento solo es en su práctica, en si un pensamiento sin práctica, una teoría sin praxis es Idea religiosa o quimera ideológica. Comunicar lo que se piensa ya es en sí una práctica. La libertad es una palabra que recuperada por el Poder es vaciada de contenido, convirtiéndose en lema publicitario mercantil o en el mejor de los casos crucificada en las constituciones sobre las tablas y con los clavos de los derechos regulados. La regulación de las libertades es el recorte de la libertad para hacerla a medida del programa en curso de la Dominación. Las libertades están reguladas para dejar de ser.

La libertad de expresión es una de las más grandes falacias por mucho que los administradores de la gobernación legislen de la forma más abierta. En si solo es aplicable a las empresas que controlan los medios de comunicación, expresión y e ideología a imponer como pensamiento único a la población. El derecho de libertad de expresión queda realmente reducido al derecho de apropiarse de los hechos, palabras e imágenes, reconvertirlos en mercancías e imponerlos como  mensajes de vida delegada en la media o sucesos aislados alejados de la realidad escondida ante la rutina desvivida. Sin dinero para comprar o crear el producto de la libertad de expresión se niega el ejercicio del mismo, los cauces están marcados, los derechos a la propiedad intelectual activados, el derecho a la privacidad negado por el yo exhibicionista de consumo exclusivo en serie. El derecho a la propiedad privada defendido más si cabe cuando nos despojan incluso de nuestro propio ADN para comercializarlo o controlarnos, el derecho al pensamiento-acción perseguido.

El poder rechaza todo análisis crítico no encuadrado en las ideologías bendecidas por las distintas academias  y religiosidades que lo sustentan. Encuentra insultante y peligroso toda crítica que fundamente la acción emancipadora en la vida cotidiana. La barbarie no debe ser expuesta sin la criba de la agencia de noticias, intentar saber más allá del panfleto del teletipo es algo que debe ser limitado, no dejarse deslumbrar por el pornográfico video de la red debe ser impedido.

Dentro de una espiral de enfrentamiento solo es aceptable la simplicidad de los clichés panfletarios que recrean bandos a quien apoyar, bandos idénticos con distintos colores cuya diferencia es la portería donde marcar el gol. El tiempo para la crítica es bombardeado por el exceso de titulares. La discrepancia provocada por el análisis crítico es considerada como una agresión por todos los agentes que construyen el Poder, ya sea la gobernación vigente o la futurible. Defienden sus intereses de clase y denuncian parcialidad cuando los de abajo consiguen publicitar sus mensajes. Y como el pensamiento crítico necesita materializarse en la palabra, arte o ciencia para culminar en la intervención sobre la realidad, ese pensamiento debe ser sutilmente o abiertamente perseguido. Puesto que las democracias formales defienden la libertad de expresión persiguen al pensamiento crítico con acusaciones de terrorismo, traición, sanciones administrativas, legislaciones restrictivas o impuestos excesivos sobre el uso de los medios. La economía es una buena forma de represión intelectual. La discrepancia es considerada un insulto y un delito contra el honor. La exposición de la verdad pensada es considerada como agresión verbal. La dinámica verbal de la gentes del Poder verían con buenos ojos que toda persona critica fuese marginada, perseguida y porqué no objetivo del Terror.

Las libertades son una farsa, son papel mojado ya que el Poder se siente legitimado a regularlas y toda regulación es definitoriamente una restricción. Aceptar las regulaciones no es ejercer la libertad sino aceptar una sumisión voluntaria.

La libertad no es hacer lo permitido. Sí el pensamiento crea la praxis, la praxis también crea pensamiento crítico. Una praxis regulada por legislaciones o tradiciones reconvierten a todo pensamiento crítico en un pensamiento encorsetado por las mismas. La libertad no es hacer lo permitido, ni lo prohibido sino lo necesario, lo deseable. No es hacer lo que todos hacen sino incluso no hacer. La moral es un acto relativo impuesto por la ideología o la religión, la ética ha de ser el límite con el que el pensamiento se dota a sí mismo y a la práctica. Siendo conscientes de las consecuencias nadie está legitimado para juzgar. La autodefensa nos defiende del Poder y quien practica grados de Poder  son un límite aunque se presenten como aliados  sobre nuestra propia praxis y pensamiento. El pensamiento y la praxis es inviable en el aislamiento individual, al ser animales sociales el pensamiento crítico y su práctica acaba siendo un acontecimiento colectivo. Los individuos aislados acaban convirtiéndose en espectadores de su propia no vida.

La libertad conlleva un pensamiento y este es sí se materializa en la práctica, en la materia. Los dogmáticos, las tradiciones, los chismosos, las amenazas, el pudor, la vergüenza, el policía, el cura y muchas más mierdas están presentes para impedir no solo el acto sino también el pensamiento:

ODO

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